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19 de agosto, 2022

«Estamos denunciando una situación de mucha desidia por parte del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Estamos lamentando la pérdida de una de nuestras niñas», dijo una docente de M., la niña de 11 años que –al igual que su familia– atravesaba una situación de extrema vulnerabilidad y que falleció el lunes.

M. era alumna de la Escuela N° 11 «República de Haití», de Barracas. Sus docentes señalan como principal responsable de la muerte al Gobierno de la Ciudad, por no haber intervenido a pesar de que las docentes advirtieron sobre la situación de la niña y su familia, en reiteradas ocasiones. Dicen que M. llegó al Hospital Penna el lunes 15, «cuando ya no había más nada que hacer».

El viernes 12 de agosto, M. se descompensó en la escuela y sus docentes llamaron rápidamente al SAME para que la atienda. Sin embargo, al cabo de una hora de espera y tras otra llamada al SAME, el auxilio no llegó, por lo que su familia la retiró de la escuela y la llevó por sus propios medios al hospital.

Mientras tanto, «la ambulancia nunca llegó», confirmaron a este diario fuentes de la escuela.

Una historia de vulnerabilidad

M. era alumna de la escuela desde el año 2017, cuando comenzó el primer grado. Antes, varios de sus hermanos habían sido alumnos en el mismo establecimiento y las docentes conocían la situación de su familia, por lo que «en los primeros días de su ingreso a la escuela, se pidió la intervención del Equipo de Orientación Escolar (EOE), debido a la clara vulnerabilidad de derechos que atravesaban la niña y su familia», explicó Ailen Galante, maestra de la escuela, en diálogo con Pagina|12.

Durante los dos años siguientes, en 2018 y 2019, la familia presentó el certificado médico que indicaba que M. necesitaba un «refuerzo hipercalórico de vianda». En 2020 el EOE solicitó «con urgencia» la intervención a la Defensoría zonal; reiteró la solicitud en 2021, pero no fue entregado a la familia.

La escuela reiteró el pedido en 2022. Sin embargo, «al día de la fecha a la escuela nunca se le informó si hubo alguna intervención de dicho organismo», dijo la docente.

Los EOE están integrados por 3 o 4 personas que tienen a cargo varios colegios y no dan abasto por la cantidad de casos que requieren su atención, explican las docentes. Además, los profesionales que trabajan en ellos rotan todo el tiempo, por lo que no pueden acompañar trayectorias educativas o llegar a conocer a chicas y chicos.

Les docentes señalan que la situación en los barrios del sur de la Capital es alarmante: chicas y chicos no tienen para comer, las viandas consisten en un sandwich y una fruta. En las escuelas de jornada simple como ésta, se reparte medio vaso de leche con galletitas pero sólo a quienes asisten a clases. Las familias se pueden inscribir solamente en un comedor del barrio, que puede entregarles una comida al día, en un solo horario: cada familia debe elegir si comer al mediodía o a la noche.

«Nadie te prepara para decirle que no tenés más leche a un nene cuando tiene hambre. Hay nenes que te piden dos o tres veces leche y se las tenés que negar, porque no hay más», dijo Natalia González, que es maestra de grado del colegio.

Desde la escuela están organizando una caravana educativa hasta la sede del Gobierno porteño, junto a organizaciones sociales. Saldrá el lunes 22, a las 17, desde la escuela 11 (Lafayette 1879), y se movilizará «por las niñeces dignas».

La muerte de la niña de 11 años desató una ola de repudios, y el pedido de interpelación de la ministra de Educación porteña, Soledad Acuña, por parte de la legisladora del FI Alejandrina Barry. Eduardo López, secretario general adjunto de UTE, señaló acusó al GCBA de vaciamiento en Educación. María Bielli, diputada del FDT y vicepresidenta de la comisión de Educación de la Legislatura, manifestó que «la muerte de una niña de 11 años del sur de la Ciudad más rica del país, tiene que ser un punto de quiebre». 

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