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Así lo aseguró Ceferino Pérez, hijo del hombre de esa parte de Corrientes que terminó falleciendo semanas atrás tras haber dado positivo para coronaviurs. 

El 25 de noviembre, este medio publicó una nota en la que contaba sobre la muerte de un hombre de apellido Pérez, de años 89 años, que había dado positivo para coronavirus. La víctima era oriunda de Lomas de Vallejos, mas precisamente del Paraje Zapallo. 

El intendente de esa localidad, Julián Zalazar, informó en su momento a La Dos que Pérez contrajo COVID-19 luego de «haber participado de una reunión del que fue parte un pastor evangélico que llegó desde la ciudad de Corrientes con síntomas compatibles con el coronavirus».

«Ese encuentro, del que participaron cerca de 50 personas, provocó que Pérez y toda su familia terminen contagiados, entre ellos un bebé de un año y medio», había indicado Zalazar en charla con este sitio web.

Ceferino Pérez, hijo la víctima, charló con la redacción de La Dos para desmentir lo que relató el jefe comunal de Lomas de Vallejos. «Es todo totalmente falso», aseguró Ceferino, que a su vez dijo «mi papá tenía hace 60 años una iglesia y nunca hizo un encuentro del que participaron 50 personas». 

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Consultado sobre cómo llegó el coronavirus a Paraje Zapallo, afirmó que «mi hermano había ido a trabajar a Corrientes con uno de sus empleados y ahí contrajo COVID-19, y después infectó al resto de mi familia incluyéndome a mí, que estuve internado en el hospital de campaña hasta la semana pasada», contó.

Luego, Ceferino Pérez denunció que el municipio asistió a su familia con mercaderías que «tenían cucarachas».“Estoy indignadísimo con el intendente», manifestó.

También relató que la doctora Cáceres, a quien la calificó como «inhumana», lo dejó «tirado» y“abandonado» tras haberse contagiado de coronavirus. Además, agregó que cuando trasladaron a su padre hacia la capital correntina, la ambulancia del pueblo «se quedó sin oxígeno».   

Por último, agradeció la buena atención que recibió en el hospital de campaña. «Me saco el sombrero por como me atendieron allí. Son re humanos. Las doctoras Aquino y Ojeda son excelentes profesiones. Me abrazaron y me acompañaron cuando perdí a mi papá».

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