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El fin de semana falleció el doctor Enrique Julio Román Marottoli, tras haberse contagiado de coronavirus. Su esposa Gabriela Giumarra dio su testimonio desgarrador.

Dialogando” el programa que conduce Liliana Romero en radio Sudamericana, entrevistó  a Gabriela Giumarra, esposa de Enrique Julio Román Marottoli quien falleció tras  contagiarse de coronavirus y fue internado en el Hospital de Campaña. Su caso explotó en las redes sociales ya se viralizaron varios videos del hombre donde reclamaban la falta de atención médica. “Le pido al sistema sanitario que se humanice más”, dijo Gabriela, quien no pudo contener el llanto al contar quién era su marido y lo felices que fueron en Paso de la Patria. “Lo estoy extrañando mucho y lo que más me duele es que no pude despedirme”, dijo.

 El fin de semana falleció el doctor Enrique Julio Román Marottoli, tras haberse contagiado de coronavirus. El hombre había viralizado al menos dos videos, en uno reclamaba la larga espera para ser atendido en el Hospital de Campaña y en el otro ya internado con oxígeno y con mucha dificultad respiratoria, reclamaba la falta de atención médica.

Su esposa, Gabriela Giumarra dijo: “Le pido al sistema sanitario que se humanice más”,y recordó algunas anécdotas del doctor, de su trabajo y de su vida cotidiana. “Lo estoy extrañando mucho y lo que más me duele es que no pude despedirme”, dijo.

AUDIO DE LA ESPOSA DEL DOCTOR MARÓTTOLI AQUÍ

QUIÉN ERA EL DOCTOR MAROTTOLI
Marottoli vivió aproximadamente 30 años en Buenos Aires y hace unos 6 años volvió a Corrientes ya que a su madre le diagnosticaron cáncer.

“Él vino a hacer medicina acá, en el sentido de que quería dedicarle tiempo a cada paciente, era un tipo ameno, agradable.  Hacía diagnóstico por imágenes y lo que más hacía era ecografías, por lo que todas las embarazadas lo querían. Siempre atendía con una sonrisa y era el que dejaba pasar a todo el mundo en su consultorio. La que iniciaba un control de embarazo con él, cuando tenía otro hijo volvía a pedir por él. No vas a encontrar ninguna persona en Buenos Aires  que te hable mal de él y creo que en Corrientes menos. Él vino con la idea de trabajar tranquilo, de dedicarle al paciente el tiempo que se merece, viste que en Buenos Aires es todo más vertiginoso y acá es todo más tranquilo, más lindo”, explicó a Sudamericana.

LA INTERNACIÓN EN EL HOSPITAL DE CAMPAÑA
“Lo estoy extrañando mucho y lo que más me duele es que no pude despedirme”,  arrancó diciendo la mujer y se quebró en llanto. Luego relató la cronología de los hechos que terminaron con la muerte del doctor.

“No sabemos cómo se contagió. Enrique cuando se iba a trabajar parecía que se iba a la luna con todo el equipo de trabajo que se ponía. Creemos que estuvimos cerca de alguien que estaba contagiado y era asintomático”, explicó.-

Una vez que le diagnosticaron coronavirus iniciaron la cuarentena y siguieron el tratamiento que sus colegas médicos le recomendaron.  Al pedir asistencia a la obra social le respondieron que por protocolo no podían internarse en otro lugar que no sea el Hospital de Campaña. “Estuvimos todo el tiempo que pudimos en casa, controlándonos entre nosotros, nos hicimos una tomografía y como Enrique hace diagnóstico por imágenes a penas la vio se dio cuenta que era positivo. “Llamamos muchas veces al call center sin éxito, al servicio de emergencia sin éxito”.

“Terminamos en el Hospital de Campaña lo hisoparon y le dijeron que el tratamiento era el correcto y nos recomendaron volver a casa. Esa noche estuvo toda la noche con fiebre, estuvo sentado en la ducha, con paños fríos y con oxígeno. Pasamos una noche muy fea y al día siguiente decidimos hacernos otro hisopado en un laboratorio privado porque nadie nos asistía, el cual volvió a dar positivo. Fuimos nuevamente al Hospital de Campaña porque no teníamos otra opción, tuvimos que esperar mucho afuera, lo llevaron y esa fue la última vez que lo vi con vida. Eso fue el 30 de octubre, me llegó a avisar que le hicieron una tomografía. No le pude dar un beso, nunca más lo pude ver y cuando lo volví a ver estaba en la terapia del geriátrico, en estado terrible, con respirador. Nunca más pude hablar con él y eso es lo que más daño me hace”, lamentó la mujer.

“Dos días antes de morir lo trasladaron al Hospital geriátrico porque lo volvieron a hisopar y dio negativo, cuando te da negativo ahí si se lo puede llevar a otro lugar. Pedimos infinitas veces trasladarlo a otro hospital, porque la sensación que queda es que nunca más lo vas a ver a tu familiar y es horrible. Si lo podíamos trasladar a otro lugar por lo menos lo podíamos acompañar, de todas formas tuve que rogar para que me dejaran verlo en el geriátrico”.

“Le pido al sistema sanitario que se humanice más, que capacitemos más a los médicos y enfermeros, de acá y de otros lugares. Creo que la gente de la salud debe volver a sentir esa vocación, aunque también tengo que reconocer que hacen lo que pueden y están mal pagos… hay muchas cosas por arreglar en el sistema de la salud”, subrayó.

EL DÍA DESPUÉS 
“Traje sus cenizas a Paso de la Patria para que descanse en paz donde él era feliz”, comentó Gabriela y pidió a la comunidad que se cuide.  “El virus está muy cerca nuestro, está en más lugares de los que nos imaginamos”, dijo.

Si bien la pareja no tenía hijos en común, Enrique tenía dos hijas de su primer matrimonio, quienes se quedaron viviendo en Buenos Aires. “Son dos chicas grandes, estábamos en constante comunicación pero preferí llamar a su mamá y que ella eligiera el momento más oportuno para contarle de la muerte de su padre”, contó Gabriela.

FUENTE: RADIO SUDAMERICANA 

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