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19 de diciembre de 2021

Jésica Chain fue diagnosticada con la enfermedad a los 10 meses de vida. A los 36 años estuvo al borde de la muerte. Gracias a los médicos y un procedimiento complejo, salvó su vida.

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A Jésica Chain se le realizó un procedimiento trascendental el jueves 9 de diciembre. Es la primera paciente con fibrosis quística a quien le practicaron una complicada embolización en el Instituto de Cardiología. La joven no tenía un buen pronóstico, dado que padece otras patologías como diabetes, hipotiroidismo, hernia y osteoporosis.

Jésica comentó que se recupera en sala común del Hospital Vidal, luego de pasar angustiosas horas entre la vida y la muerte.

La neumonóloga Viviana Aquino explicó: «Jésica es una paciente con una fibrosis quística con compromiso pancreático marcado, diabetes, hipotiroidismo y osteoporosis. De 36 años, con buena calidad de vida hasta este momento en que pasó esto» y señaló «tiene una función pulmonar en decadencia, pero en los últimos dos años se estabilizó, es decir, está asistida con antibióticos inhalados, nebulizaciones, inmunomoduladores y corticoides inhalados».

«Ella ingresó el 29 de noviembre a clínica del Hospital Vidal por una hemoptisis moderada, y a los dos días presentó una hemoptisis severa. Muchísimo sangrado, perdió alrededor de 400 ml, casi medio litro de una sola vez», detalló. «Pasó a terapia intensiva y se la mantuvo con oxígeno, pero era evidente que ella seguía sangrando por dentro, por la vascularización pulmonar, porque seguía saturando y cada vez necesitaba más requerimiento de oxígeno», precisó Aquino.

En este contexto, «las indicaciones en pacientes con fibrosis quística con una hemoptisis severa directamente es hacer una angiotomografía para ver dónde sangra, y evaluar la posibilidad de embolización. El tema con la fibrosis quística es que es muy difícil ese procedimiento porque lo que se hace es cerrar con una esponja especial los lugares donde está sangrando. En este caso, ella tenía múltiples estructuras celulares tortuosas, o sea, las arteriolas y las vénulas todas rotas por las múltiples infecciones que tuvo y vénulas anómalas, fístulas por todos lados muy difíciles, con alta probabilidad de muerte si es que no se hacía algo», indicó.

Jésica enfrentaba uno de los momentos más duros, pero aferrada a su fe, confió. «Fue muy fuerte lo que viví en terapia. Sentía estar en una lucha donde por un lado creía que no la contaba y como que quería despedirme de mi familia, pero a la vez sabía que si lo hacía, de verdad, no contaba el cuento», relató la joven.

La doctora Aquino también confiaba en buscar la mejor salida, «por suerte pudimos comunicarnos con uno de los médicos de Hemodinamia del Instituto Cardiológico. Le presenté la paciente y de entrada me dijo que era una paciente muy difícil pero me ayudaron un montón. Ellos mismos consiguieron el turno para la angiotomografía, la cual se realizó a los cuatro días de internada. A la semana se le realizó la embolización pulmonar», detalló.

¿Qué es una embolización?

Es un procedimiento en el que se utilizan partículas, como esponjas de gelatina o perlas minúsculas, para impedir el flujo en un vaso sanguíneo. Se puede usar para detener el sangrado o para prevenir el flujo de sangre a un tumor o área de tejido anormal.

A Jésica, «en esa embolización se le cerraron entre 11 y 12 arteriolas, vénulas y fístulas pulmonares bilaterales. Fue un trabajo gigante el que hicieron, con muchas fístulas bronquiales y nunca hecho antes en pacientes con fibrosis quística, que ellos recuerden», resaltó Aquino. Según la doctora, «ellos hacen embolizaciones pulmonares difíciles, pero lo que tiene un paciente FQ es que tienen todas arteriolas anómalas, o sea, arterias no naturales. No son arterias o vénulas con las que ella nació, sino que se fueron formando a medida que comenzaba su destrucción pulmonar por la bronquiectasia», afirmó.

«El peligro de eso es que cuando se hace la angiotomografía ya se le pasa mucho contraste para ir viendo en cada lugar que sangra y cuando se le hace la embolización se le debe pasar nuevamente contraste. Por suerte salió bien, un Dios aparte, muy exitoso el procedimiento. La gente de Hemodinamia del Cardiológico quedó muy contenta y satisfecha porque no tuvieron pacientes con esa patología de base», destacó sentando un importante precedente médico.

Según su experiencia, «las historias que he conocido de personas con FQ y que tienen este sangrado de mayor cuantía, como la de ella, muchos fallecen o tiene que viajar de urgencia a Buenos Aires para que los traten. Entonces para que alguien de acá, de Corrientes capital, se haya hecho este procedimiento de tal magnitud nos abre el camino para seguir haciéndolo», apreció.

En este sentido, la profesional indico que «está bueno que se conozca sobre la enfermedad y que se sepa que tenemos con qué tratar y que es fundamental el trabajo en equipo entre la clínica de Neumonología y terapia del Hospital Vidal con el Instituto de Cardiología».

«Estoy muy agradecida con Dios por estar viva»

Jésica es una joven muy creyente; esta fortaleza espiritual le permitió gestionar y ponerse al frente -presidente- de la Asociación de Fibrosis Quística de Corrientes «San Juan Pablo II».

En la prueba más difícil de su vida se aferró a su familia, a su novio y a la familia de él, que estuvieron firmes, «son mis pilares», resaltó.

Sobre su evolución dijo: «Estoy mejorando, a tiempos de Dios. Todo está marchando bien, estoy haciendo rehabilitación, aprendiendo a caminar nuevamente. Fueron más de 16 días de estar solamente acostada en una cama y a nivel respiratorio me estoy recuperando».

«Cuando entré, llegué a requerir diez litros de oxígeno y hoy estoy a dos litros y con esperanzas de salir al mundo sin la necesidad del oxígeno. Cosa que si no se da, igual estoy muy agradecida con Dios por estar viva.

Me dio esta segunda oportunidad y es la primera vez que supliqué a Dios que me permita seguir con vida. Yo quiero vivir», confesó.

Se refugió en sus seres queridos más cercanos para atravesar la tormenta, «hablaba con mi mamá y mi novio, los únicos que se podían turnar para entrar a verme. Yo más lloraba de lo que hablaba y en ese llanto estaba luchando y suplicando a Dios seguir viva».

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